He encontrado este artículo publicado en La Vanguardia del 27/11/2002 , es una entrevista antigua pero creo que de gran interés. Entrevista realizada por Victor-M.Amela a Ghislaine Lactot, ex médico y autora del libro La mafia médica, en el que cuestiona el sistema médico actual:
Tengo 61 años y nací en Montreal (Canadá). Fui médico y hoy soy Ghislaine Lactot médico del alma. Me he divorciado dos veces y tengo cuatro hijos (de 37 a 28 años) y cuatro nietos. ¿Política? ¡Soberanía individual! Cree en ti: eres divino y lo has olvidado. La medicina actual fomenta la enfermedad, no la salud: lo denuncio en mi libro “La mafia médica”.
Estoy griposo, ¿qué me receta?
–Nada.
¿Ni un poquito de Frenadol?
-¿Para qué? ¿Para tapar síntomas? No. ¡Atienda a sus síntomas, escúchese! Y su alma le dará la receta.
Pero, ¿me meto en la cama o no?
–Pregúnteselo usted mismo, y haga lo que crea que le conviene más. ¡Crea en usted!
¡A los virus les da igual lo que yo crea!
–Ah, ya veo: elige usted el papel de víctima. Su actitud es: “He pillado una gripe. Soy víctima de un virus. ¡Necesito medicinas!”.
Pues sí, como todos...
–Pues allá usted... Mi actitud sería: “Me he regalado una gripe. ¡Soy la única responsable! Debo cuidarme un poco”. Y me metería en cama, reposaría, me relajaría, meditaría en cómo me he maltratado últimamente...
¿Se ha “regalado” una gripe, dice?
–¡Sí! Tu enfermedad viene de ti, no viene de fuera. La enfermedad es un regalo que tú te haces para encontrarte contigo mismo.
Pero nadie desea una enfermedad...
–Tu enfermedad refleja una desarmonía interior, en tu alma. Tu enfermedad es tu aliada, te señala que mires en tu alma, a ver qué te sucede. ¡Dale las gracias: te brinda la ocasión de hacer las paces contigo mismo!
Quizá sea más práctica una pastillita...
–¿Hacer la guerra a la enfermedad? Eso propone la medicina actual, y las guerras matan, traen siempre muertes.
No me dirá ahora que la medicina mata...
–¡Un tercio de las personas hospitalizadas lo son por efectos medicamentosos! En Estados Unidos, 700.000 personas mueren al año a causa de efectos secundarios de medicamentos y de tratamientos hospitalarios.
Morirían igual sin medicamentos, oiga.
–No. No si cambiamos el enfoque: la medicina actual ha olvidado la salud, ¡es una medicina de enfermedad y de muerte! No es una medicina de salud y de vida.
¿Medicina de enfermedad? Acláremelo...
–En la antigua China, un acupuntor era despedido si su paciente enfermaba. O sea, ¡el médico cuidaba de la salud! ¿Ve? Toda nuestra medicina es, pues, el fracaso total.
Prefiere medicinas alternativas, pues...
–Respetan más el organismo que la medicina industrial, desde luego: homeopatía (¡será la medicina del siglo XXI!), acupuntura, fitoterapia, reflexoterapia, masoterapia... Son más baratas... y menos peligrosas.
Pero no te salvan de un cáncer.
–¡Dígale eso a la medicina convencional! ¿Te salva ella de un cáncer?
Puede hacerlo, sí.
–Lo que hará seguro es envenenarte con cócteles químicos, quemarte con radiaciones, mutilarte con extirpaciones... ¡Y, encima, cada día aparecen más cánceres! ¿Por qué? Porque la gente vive olvidando su alma (que es divina): la paz de tu alma será tu salud, porque tu cuerpo es el reflejo material de tu alma. Si te reencuentras con tu alma, si la pacificas..., ¡no habrá cáncer!
Palabras bonitas, pero si un hijo suyo tuviese un cáncer, ¿qué haría usted?
–Alimentaría su fe en sí mismo: eso fortalece el sistema inmunitario, lo que aleja al cáncer. ¡El miedo es el peor enemigo! El miedo mina tus autodefensas. ¡Nada de miedo, nada de sumisión al cáncer! Tranquilidad, convicción, delicadeza, terapias suaves...
Perdone, pero lo más sensato es acudir a un oncólogo, a un médico especialista.
–La medicina convencional debiera ser sólo un último recurso, y muy extremo... Y si tu alma está en paz, eso jamás te hará falta.
Bien, pues tengamos el alma pacificada... pero, por si acaso, pongámonos vacunas.
–¡No! Las fabrican con células ováricas de hámster cancerizadas para multiplicarlas y cultivarlas en un suero de ternera estabilizado con aluminio (eso la de la hepatitis B, con su virus): ¿inyectaría usted eso a sus hijos?
Les he hecho inyectar ya varias...
–Y yo a los míos: fui médico, y por entonces no sabía aún todo lo que hoy sé... ¡Pero hoy mis hijos no vacunan ya a sus hijos!
Yo creo que seguiré vacunándolos...
–¿Por qué? La medicina actual mata moscas a martillazos: no siempre muere la mosca, pero siempre rompe la mesa de cristal. Son tantos los dañinos efectos secundarios...
¿Por qué abominó usted de la medicina?
–Yo me hice médico para ayudar. Me dediqué a la flebología, a las varices. Llegué a tener varias clínicas. Pero fui dándome cuenta del poder mafioso de la industria médica, que atenta contra nuestra salud, ¡que vive a costa de que estemos enfermos! Lo denuncié... y me echaron del Colegio de Médicos.
O sea, ya no puede usted recetar...
–¡Mejor! Los medicamentos están fabricados pensando en la lógica industrial del máximo beneficio económico, y no pensando en nuestra salud. Al revés: si estamos enfermos, ¡la mafia médica sigue ganando dinero!
¿Y a quiénes tilda de “mafia médica”?
–A la Organización Mundial de la Salud (OMS), a las multinacionales farmacéuticas que la financian, a los gobiernos obedientes, a hospitales y a médicos (muchos por ignorancia)... ¿Y qué hay detrás? ¡El dinero!
No escoge usted enemigos pequeños...
–Lo sé, pero si me hubiera callado, hubiese enfermado y hoy estaría ya muerta.
¿Cuál ha sido su última enfermedad?
–Hace dos días, ja, ja... ¡una diarrea!
Vaya: ¿qué reflejaba eso de su alma?
–Oh, no sé, no lo he analizado... Me he limitado a no comer... ¡y ya me siento bien!
Pero se pasa mal, ¿eh...?
–Ja, ja... Si la enfermedad te visita, ¡acógela, abrázala! ¡Haz la paz con ella! No salgas corriendo como loco en busca de un médico, de un salvador... Tu salvador vive dentro de ti. Tu salvador eres tú. ¡Tú eres Dios!
VÍCTOR–M.AMELA
Fuente: La Vanguardia
Tengo 61 años y nací en Montreal (Canadá). Fui médico y hoy soy Ghislaine Lactot médico del alma. Me he divorciado dos veces y tengo cuatro hijos (de 37 a 28 años) y cuatro nietos. ¿Política? ¡Soberanía individual! Cree en ti: eres divino y lo has olvidado. La medicina actual fomenta la enfermedad, no la salud: lo denuncio en mi libro “La mafia médica”.
Estoy griposo, ¿qué me receta?
–Nada.
¿Ni un poquito de Frenadol?
-¿Para qué? ¿Para tapar síntomas? No. ¡Atienda a sus síntomas, escúchese! Y su alma le dará la receta.
Pero, ¿me meto en la cama o no?
–Pregúnteselo usted mismo, y haga lo que crea que le conviene más. ¡Crea en usted!
¡A los virus les da igual lo que yo crea!
–Ah, ya veo: elige usted el papel de víctima. Su actitud es: “He pillado una gripe. Soy víctima de un virus. ¡Necesito medicinas!”.
Pues sí, como todos...
–Pues allá usted... Mi actitud sería: “Me he regalado una gripe. ¡Soy la única responsable! Debo cuidarme un poco”. Y me metería en cama, reposaría, me relajaría, meditaría en cómo me he maltratado últimamente...
¿Se ha “regalado” una gripe, dice?
–¡Sí! Tu enfermedad viene de ti, no viene de fuera. La enfermedad es un regalo que tú te haces para encontrarte contigo mismo.
Pero nadie desea una enfermedad...
–Tu enfermedad refleja una desarmonía interior, en tu alma. Tu enfermedad es tu aliada, te señala que mires en tu alma, a ver qué te sucede. ¡Dale las gracias: te brinda la ocasión de hacer las paces contigo mismo!
Quizá sea más práctica una pastillita...
–¿Hacer la guerra a la enfermedad? Eso propone la medicina actual, y las guerras matan, traen siempre muertes.
No me dirá ahora que la medicina mata...
–¡Un tercio de las personas hospitalizadas lo son por efectos medicamentosos! En Estados Unidos, 700.000 personas mueren al año a causa de efectos secundarios de medicamentos y de tratamientos hospitalarios.
Morirían igual sin medicamentos, oiga.
–No. No si cambiamos el enfoque: la medicina actual ha olvidado la salud, ¡es una medicina de enfermedad y de muerte! No es una medicina de salud y de vida.
¿Medicina de enfermedad? Acláremelo...
–En la antigua China, un acupuntor era despedido si su paciente enfermaba. O sea, ¡el médico cuidaba de la salud! ¿Ve? Toda nuestra medicina es, pues, el fracaso total.
Prefiere medicinas alternativas, pues...
–Respetan más el organismo que la medicina industrial, desde luego: homeopatía (¡será la medicina del siglo XXI!), acupuntura, fitoterapia, reflexoterapia, masoterapia... Son más baratas... y menos peligrosas.
Pero no te salvan de un cáncer.
–¡Dígale eso a la medicina convencional! ¿Te salva ella de un cáncer?
Puede hacerlo, sí.
–Lo que hará seguro es envenenarte con cócteles químicos, quemarte con radiaciones, mutilarte con extirpaciones... ¡Y, encima, cada día aparecen más cánceres! ¿Por qué? Porque la gente vive olvidando su alma (que es divina): la paz de tu alma será tu salud, porque tu cuerpo es el reflejo material de tu alma. Si te reencuentras con tu alma, si la pacificas..., ¡no habrá cáncer!
Palabras bonitas, pero si un hijo suyo tuviese un cáncer, ¿qué haría usted?
–Alimentaría su fe en sí mismo: eso fortalece el sistema inmunitario, lo que aleja al cáncer. ¡El miedo es el peor enemigo! El miedo mina tus autodefensas. ¡Nada de miedo, nada de sumisión al cáncer! Tranquilidad, convicción, delicadeza, terapias suaves...
Perdone, pero lo más sensato es acudir a un oncólogo, a un médico especialista.
–La medicina convencional debiera ser sólo un último recurso, y muy extremo... Y si tu alma está en paz, eso jamás te hará falta.
Bien, pues tengamos el alma pacificada... pero, por si acaso, pongámonos vacunas.
–¡No! Las fabrican con células ováricas de hámster cancerizadas para multiplicarlas y cultivarlas en un suero de ternera estabilizado con aluminio (eso la de la hepatitis B, con su virus): ¿inyectaría usted eso a sus hijos?
Les he hecho inyectar ya varias...
–Y yo a los míos: fui médico, y por entonces no sabía aún todo lo que hoy sé... ¡Pero hoy mis hijos no vacunan ya a sus hijos!
Yo creo que seguiré vacunándolos...
–¿Por qué? La medicina actual mata moscas a martillazos: no siempre muere la mosca, pero siempre rompe la mesa de cristal. Son tantos los dañinos efectos secundarios...
¿Por qué abominó usted de la medicina?
–Yo me hice médico para ayudar. Me dediqué a la flebología, a las varices. Llegué a tener varias clínicas. Pero fui dándome cuenta del poder mafioso de la industria médica, que atenta contra nuestra salud, ¡que vive a costa de que estemos enfermos! Lo denuncié... y me echaron del Colegio de Médicos.
O sea, ya no puede usted recetar...
–¡Mejor! Los medicamentos están fabricados pensando en la lógica industrial del máximo beneficio económico, y no pensando en nuestra salud. Al revés: si estamos enfermos, ¡la mafia médica sigue ganando dinero!
¿Y a quiénes tilda de “mafia médica”?
–A la Organización Mundial de la Salud (OMS), a las multinacionales farmacéuticas que la financian, a los gobiernos obedientes, a hospitales y a médicos (muchos por ignorancia)... ¿Y qué hay detrás? ¡El dinero!
No escoge usted enemigos pequeños...
–Lo sé, pero si me hubiera callado, hubiese enfermado y hoy estaría ya muerta.
¿Cuál ha sido su última enfermedad?
–Hace dos días, ja, ja... ¡una diarrea!
Vaya: ¿qué reflejaba eso de su alma?
–Oh, no sé, no lo he analizado... Me he limitado a no comer... ¡y ya me siento bien!
Pero se pasa mal, ¿eh...?
–Ja, ja... Si la enfermedad te visita, ¡acógela, abrázala! ¡Haz la paz con ella! No salgas corriendo como loco en busca de un médico, de un salvador... Tu salvador vive dentro de ti. Tu salvador eres tú. ¡Tú eres Dios!
VÍCTOR–M.AMELA
Fuente: La Vanguardia
14 comentarios:
Muy interesante.
Gracias por compartirlo
Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que pones, cada día creo menos en las farmaceúticas.
Sigue así, tienes un blog que emana mucha energía.
Besos de Luz
Me es extraño pensar que estar enfermo..tener algo estraño dentro de ti, pueda considerarse como un "amigo", pero aún así siempre he creído que el ser humano es capaz de afrontar,sobrellevar y superar cualquier problema que se le ponga por delante, y no hablo de minucias, pero ay amigo! para eso hay que creer y no creemos!!no creemos que nosotros mismos tenemos la cura para la enfermedad, el único problema, lo dicho,nuestros ojos, están demasiado ciegos para ver...
El artículo es genial como todo lo demás que subes, lo único que me molesta es quizás el tono sobrecargado de excepticismo del entrevistador jejjeje pero bueno, son contrastes...besos y enhorabuena por tu blog
gracias por compartir ese diálogo... yo estoy de acuerdo, el cuerpo sólo manifiesta en enfermedad lo que no hemos sido capaces de oír de nosotros mismos... último recurso para ponernos atención y descubrir qué nos pasa..
gracias!!!..
Indudablemente, en el tema de la enfermedad, es donde se plasma más la ley de Causa y Efecto, efectivamente, solo nosotros somos los culpables de nuestra buena o mala salud, dependemos de nuestras aptitudes ante la vida. De cualquier forma, efectivamente, hay que dar gracias a todo lo que la vida nos da, aunque sea enfermedades, ya que, como digo anteriormente, todo es debido a la Ley de Causa y Efecto. Todo es bueno y nos sirve para evolucionar. Demos gracias a la enfermedad, tratémosla con cariño, asimilémosla para que con el sufrimiento que nos pueda producir, limpiemos nuestro karma.
Felicidades por tu blog, creo que es muy interesante y gracias por compartir tus inquietudes.
Sigue adelante.
Angel
Soy médico con treinta años de practica clínica, quiero agradecer estas informaciones que nos ayudan a educar a los pacientes que de verdad quieren buscar el camino de curación por la autorealización, GraciasGhislaine Lactot por tu valentía y tus aportaciones, esto ya está dando su fruto. Jesús- España
Muchas gracias por esta información, ¿pondrías más notas de la entrevistada? Gracias. Mariana.
Muy buena entrevista. Estos conceptos los vengo empleando desde hace muchos años en mí. Recomiendo la entrevista que le hizo la revista Zengers a Peter Duesberg, retrovirólogo, con relación a la gran mentira que es el sida desde el hiv.
Tengo 6 hijos, 4 viven conmigo. Desde muy pequeños los he participado de estos conceptos, al punto de que el más chiquito de tres años le anunció a su madre: "me duele la garganta, pero no importa. Ya se me va a pasar".
Por suspuesto que si les pasa algo recurro a un médico, pero con alegría observo que los revisan, ven su estado de casi permanente felicidad, y con unas palabras dulces, una caricia y un caramelo, me los devuelven evitando medicarlos si no es estrictamente necesario según su punto de vista.
De a poco se va re-asumiendo que la salud está asegurada desde la tranquilidad de espíritu.
Gracias por los contenidos volcados ene l Blog.
Felicitaciones....!!!!!
Felicitaciones por publicar este articulo, lo que se dice ahi no es mas que la verdad, yo la practico desde hace años y los resultados son extraordinarios, recomiendo leer el libo "La Enfermedad como camino" del Dr. THORWALD DETHLEFSEN
y RÜDIGER DAHLKE, esta digitalizada y circula por la web, esta totamente alineado con lo que manifiesta la Dra Ghislaine Lactot.
Desde joven siempre vi la profesion medica como la mas sublime expresión de la naturaleza humana ya que las personas que la ejercen dedican sus capacidades fisicas y mentales a servir a personas que están padeciendo alguna dolencia,sin embargo luego de mi transitar por la vida comprobe con gran tristeza que ello se convirtió solo en un medio de ganar dinero convirtiendo al paciente en vctima de la codicia de gente inescrupulosa deshumanizando la profesión.
Victor Zegarra
TIENES UN BLOG INTERESANTE, Y MUY BIEN HECHO, FELICIDADES.
OTRA BLOGGERISTA
HOLA! SOY ANDREA LIC EN KINESIOLOGIA Y FISIOTERAPIA de NEUQUEN.... ESTOY MUY DE ACUERDO CON ESTE ARTÍCULO... EN MIS TRATAMIENTOS ESCUCHO A LA GENTE Y LES DIGO SIEMPRE Q LAS ENFERMEDADES CORPORALES SON MANIFESTACIONES DEL ALMA!!Y Q TODO DEPENDE DE UNO MISMO Y DEL APRENDIZAJE Q NOS DEJA UNA CIRCUNSTANCIA!... LA MEDICIN EMPIZA ""ESCUCHANDO" A LOS SERES HUMANOS...ME ENCANTO.. BESOS.. Q TENGAN UN EXELENTE DIA!!!!
Hola,
Estoy de acuerdo casi con todo (yo no me enfermo casi nunca, gracias a Dios). Con lo único que no estoy de acuerdo es con la última parte: "¡Tú eres Dios!". Sé que es en sentido figurado, y que uno puede todo con la mente, pero mucha gente puede tomarlo literalmente.
Por lo demás, felicitaciones, excelente lectura.
Saludos,
Carolina
Excelente artículo. Me encantó tu blog, felicitaciones :)
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